Dirígete a la parte sur de Gran Canaria para conocer un paisaje desértico. En Maspalomas, encontrarás dunas que supuestamente se formaron luego de que un tsunami azotó esta parte de la isla. Una vez allí, toma un descanso del árido paisaje y dirígete al jardín botánico o la playa más cercanos. Si tienes pensado ir a la montaña, empaca una chaqueta impermeable: A esta gran altitud llueve casi todos los días.

En el sur de Gran Canaria, lejos del bullicio urbano, se encuentra un paisaje sorprendente que parece sacado del corazón del desierto: las Dunas de Maspalomas, un verdadero oasis sahariano en plena isla canaria. Este paraje natural único combina vastas extensiones de arena dorada con una atmósfera silenciosa y mágica, donde el viento moldea continuamente las suaves colinas de arena, creando un espectáculo visual cambiante cada día.

Las dunas forman parte de una reserva natural que también incluye una laguna salobre y un palmeral, elementos que aportan un contraste espectacular al entorno árido. Aquí, el visitante puede caminar descalzo sobre la arena caliente, observar aves migratorias en la charca o simplemente dejarse envolver por la sensación de estar en un desierto junto al mar. Al atardecer, el cielo se tiñe de tonos dorados y rosados que transforman el paisaje en una escena de película.

Muy cerca, el Faro de Maspalomas, con su silueta esbelta, marca el punto de encuentro entre naturaleza y civilización. Desde este punto, se extiende un paseo marítimo con restaurantes, boutiques y cafés que invitan a relajarse tras una jornada explorando las dunas. A pesar de su apariencia desértica, este oasis cuenta con todas las comodidades modernas a solo unos pasos.

Este rincón del sur de Gran Canaria es mucho más que una playa: es una experiencia sensorial que mezcla lo exótico y lo accesible, lo salvaje y lo acogedor. Un lugar donde el espíritu del desierto se encuentra con la brisa atlántica.